Existe un gran desconocimiento acerca de por qué y para qué realizar un análisis de riesgos para la prevención y protección de incendios en un inmueble. En muchas ocasiones, el no hacerlo provoca que los costos sean cuantiosos, y en el 90% de los casos representan el 100% de pérdidas totales, de empleos y, en el peor de los escenarios, de vidas humanas.
El crecimiento de la infraestructura y el desarrollo del mercado obliga a los propietarios a ofrecer más y mejores servicios para satisfacer la demanda, ello conlleva el cambio del uso en sus instalaciones, almacenamiento, capacidad de concentración de personas, etc., sin embargo, se pasa por alto los riesgos que esto conlleva, por lo tanto es imprescindible realizar una clasificación de riesgos debido a que las necesidades de protección no son las mismas y dependen de su ocupación, uso, almacenamiento y superficie.
Recientemente, hemos recabado noticias de incendios en donde cambiaron la ocupación de los inmuebles de una planta de producción a un almacén con diversos materiales y sustancias, y que resultaron en pérdida total aun teniendo un sistema contra incendio, aunque no del todo adecuado a los nuevos riesgos.
Por ello, esta edición la hemos dedicado a entender la importancia de reevaluar las condiciocines en las que actualmente operan los inmuebles de cualquier índole; y gracias a que existen diversos esfuerzos de organizaciones públicas y privadas por estandarizar y regular el mejor entendimiento y aplicación de estos análisis y de las tecnologías disponibles para una protección adecuada y su concientización, hoy ya existe información disponible a través de estas organizaciones que acortan las brechas del desconocimiento y el fortalecimiento del marco regulatorio a través de Normas Oficiales y Normas Mexicanas, más allá de sobreregular ofrecen soluciones para mantener en continua operación la productividad de los negocios.
