Los incendios escolares han destruido el equivalente a 1,100 aulas en los últimos cinco años, según revela una investigación realizada por la aseguradora Municipal de Zurich.
Según sus datos, se ha llamado a los equipos de bomberos para combatir 2,300 incendios escolares en Inglaterra, que destruyeron por completo 47 edificios de escuelas primarias y secundarias y dañaron gravemente otros 230.
Más de 74.000 metros cuadrados de instalaciones educativas, una superficie equivalente a 10 campos de fútbol, han resultado dañados por incendios en este lapso tiempo, según el análisis de los datos del Ministerio del Interior y realizado por Zúrich.
El Ayuntamiento de Zúrich estima ahora que se podrían perder 390.000 horas de enseñanza durante el próximo año sólo como resultado de grandes incendios, lo que provocaría trastornos a 28.000 niños, que tal vez ya estén luchando para ponerse al día tras el cierre de escuelas durante la pandemia.
Los hallazgos, basados en datos del Ministerio del Interior de las 44 autoridades de bomberos de Inglaterra, han dado lugar a nuevos llamamientos para que se instalen rociadores obligatorios en las escuelas nuevas y renovadas, alineando al país con Gales y Escocia, donde ya son obligatorios.
Entre abril de 2015 y abril de 2020, 1.467 escuelas primarias y 834 escuelas secundarias sufrieron incendios. Sólo el dos por ciento de estas escuelas estaban equipadas con rociadores. Zurich estima que la factura media de reparación sólo para grandes incendios es de 2,9 millones de libras esterlinas, y que algunos incendios cuestan hasta 20 millones de libras esterlinas.
Los hallazgos se producen cuando el gobierno se embarca en uno de los mayores auges de construcción de escuelas de los últimos tiempos, con la inversión de mil millones de libras esterlinas en la reconstrucción de 50 escuelas durante los próximos cinco años.
Pero Zurich advierte que, sin rociadores, el fuego podría dañar cinco veces más escuelas de las que se mejorarán bajo el programa de reconstrucción del gobierno. Cuando se produce un incendio en una escuela, el análisis de Zurich sugiere que hay una probabilidad entre tres (32%) de que se propague más allá del elemento encendido inicialmente, lo que podría causar daños graves.
“La falta generalizada de rociadores en las escuelas es sorprendente, dado que son un medio demostrado para limitar la propagación del fuego y la destrucción que causa. Es aún más preocupante dado que el Gobierno planea embarcarse en el mayor programa de reconstrucción de escuelas en una generación, con el riesgo de perder mil millones de libras de fondos públicos debido a incendios evitables. A medida que las principales reformas de seguridad en la construcción comienzan su tramitación en el Parlamento, el Gobierno debe aprovechar esta oportunidad para exigir rociadores en las escuelas nuevas y renovadas, para mejorar la seguridad contra incendios de nuestro entorno construido y proteger a los alumnos, profesores y familias de riesgos inaceptables e innecesarios”.
Una media de 56 escuelas al año sufren daños por incendio que se extienden más allá de la sala de origen, dañando desde el tejado, hasta todo el edificio. En los próximos cinco años, 280 escuelas podrían quedar devastadas por incendios, en comparación con sólo 50 que el gobierno planea renovar.
El gobierno no registra ningún dato sobre cuántos días escolares se pierden debido a los incendios sufridos en estas instalaciones. Como estos datos no están disponibles por parte del gobierno, la estimación de Zurich para un incendio escolar "grande" es de dos días sin actividades.
