Si hacemos un ejercicio de observar el desarrollo industrial de nuestro país y generamos una big picture de su movimiento, podemos identificar claramente que en los estados del centro del país, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí representan las regiones más populares para el establecimiento de fabricantes de automóviles. Las nuevas plantas de BMW y Daimler, abrieron en 2019 y 2020 respectivamente.
Hace años, la industria metalúrgica se estableció cerca de la frontera con los Estados Unidos, en el estado mexicano de Nuevo León, especialmente cerca de la ciudad de Monterrey. Por su parte, diversas compañías informáticas se han establecido principalmente en el estado de Jalisco, la región alrededor de Guadalajara es conocida como el Silicon Valley de Latinoamérica, en donde se pueden encontrar más de 700 empresas de alta tecnología tales como Oracle, HP, Motorola e IBM.
Si volteamos a ver la zona de la capital mexicana, podemos encontrar el desarrollo de la industria química, pues se han establecido empresas tales como BASF y Bayer, no solo por su céntrica ubicación y su desarrollada infraestructura metropolitana, sino también por su cercanía con las prósperas regiones de Puebla y el Bajío.
Por su ubicación geográfica privilegiada y su proximidad con los Estados Unidos, Baja California es una excelente oportunidad para proveedores de todos los sectores. El puerto de Ensenada, uno de los cinco puertos marítimos de la región, es uno de los puertos más importantes sobre el océano pacífico.
Ahora bien, esta pequeña radiografía industrial del país nos deja ver el proceso de desarrollo, pero también nos invita a pensar en mantenerlo y hacerlo crecer tanto en las regiones ya establecidas como en nuevas zonas industriales. Ello, nos lleva a pensar en acciones de continuidad operativa, que implican estar por delante de los riesgos latentes, por ejemplo, los incendios.
El éxito de cualquier proyecto, empresa, asociación, sector o industria, depende, mayormente, de su capacidad para mantener activos sus trabajos y labores. Un paro en las actividades representa una bola de nieve que incrementa los problemas y trae consigo disminución de la productividad, pérdidas económicas, daño a la imagen de la marca e incluso el cierre del negocio, situaciones que ninguna industria sana puede permitirse.
Ante esta situación, es fundamental el desarrollo de un conjunto de políticas, guías, estándares y procedimientos para gestionar la continuidad operacional, además en materia de seguridad es imperante considerar la protección contra incendio de las ocupaciones que dan vida a las empresas.
Sin más, los invitamos a leer esta edición dedicada a la continuidad operativa en su tema central, complementada con artículos técnicos e informativos que abonan a los tópicos más importantes de la industria de protección contra incendio en Latinoamérica.