Resiliencia es la capacidad de levantarse más fuerte que antes, término que en los últimos años se ha puesto en el escenario nacional, y que le inyecta una nueva mirada a la planeación urbana, así como al diseño de políticas públicas.
Nuestro país demostró la capacidad de respuesta ante los rescates que se suscitaron a raíz de aquel 19 de septiembre, pero ¿qué capacidades nuevas puede construir, a partir de esa fecha? Debemos tomar en cuenta que nuestro país se encuentra dentro de una importante zona sís- mica y que tiene todo tipo de fenómenos naturales (huracanes, sequías y erupciones volcánicas), también están los antrópicos como los incendios, que cada día son más frecuentes; por lo tanto es importante aceptar e identi car los niveles de riesgo, hay que invertir en la prevención y la mitigación. La estrategia que se debe seguir abarca que todo desarrollo que se impulse en el país (construcción de carreteras, centros de atención a la salud, viviendas, escuelas, centros de entretenimiento, etcétera), deben basarse, necesariamente, en estudios del riesgo veraces, expeditos y con oportuna aplicación de la reglamentación, ahora que, si ésta es insu ciente se debe actualizar a los tiempos y riesgos modernos.
Resiliencia es volverse más competente a partir de una crisis. Y debe ser el gobierno quien tome el liderazgo. Porque es el actor que tiene los instrumentos para coordinar, implementar y escalar los esfuerzos. Obviamente, esta estrategia de Estado, debe estar alimentada por las opiniones, acciones y necesidades de todos los sectores de la sociedad.
Las tragedias son una oportunidad para reimaginar nuestro país, podemos aprovechar la crisis para ordenar los reglamentos. Septiembre de 2017, debe ser un parteaguas para fomentar una sociedad más resiliente.