En Argentina, la Ley N.º19587, conocida como Ley de Higiene y Seguridad en el Trabajo, y su reglamentación, el Decreto N.º351/79, han sido los lineamientos contemporáneos fundamentales en la protección y promoción de la salud y seguridad laboral en el país. Desde su entrada en vigencia y hasta la actualidad, han demostrado tanto virtudes como aspectos negativos en su implementación y evolución para adaptarse a las demandas cambiantes de la sociedad y la industria.
Desde su promulgación en 1972, la Ley 19587 ha sido un logro significativo en el ámbito laboral argentino, siendo innovadora y visionaria para su época. Ha contribuido a mejorar las condiciones de trabajo y a prevenir accidentes y enfermedades relacionados con la actividad laboral. Una de sus principales virtudes es su enfoque preventivo, que exige a las empresas y organismos identificar riesgos, implementar medidas de seguridad y proporcionar capacitación adecuada a los trabajadores. Esta orientación ha llevado a una reducción significativa de accidentes e incidentes laborales y ha creado una cultura de seguridad en el entorno laboral.
Otra virtud importante de la Ley, es su enfoque en la participación de los trabajadores para la promoción de un ambiente de trabajo seguro. La creación de comités mixtos de seguridad y salud en el trabajo, permite la colaboración entre empleadores y empleados a efecto de identificar riesgos y encontrar soluciones adecuadas. Esto no solo mejora la seguridad, sino que también, empodera a los trabajadores al darles voz en la toma de decisiones que afectan su bienestar.
Sin embargo, a pesar de estas virtudes, la implementación de la Ley y su reglamentación ha enfrentado desafíos. Uno de los aspectos negativos ha sido la falta de recursos y personal idóneo para llevar a cabo una supervisión y fiscalización efectivas, más aún, considerando la extensión del territorio argentino. Esto ha dado lugar a un incumplimiento en algunos lugares de trabajo y a la persistencia de condiciones inseguras.
Además, la Ley y su reglamentación fueron creadas hace décadas y, aunque se han realizado modificaciones para adaptarse a cambios en la sociedad y la industria, todavía pueden parecer desactualizadas en algunos aspectos. Si bien, existen una serie de decretos que actualizan diversos aspectos, también, normas como las del IRAM (Instituto Argentino de Normalización y Certificación), han hecho una contribución constante a reforzar los alcances del marco normativo; a pesar de estos esfuerzos, es sabido por los profesionales que aún hay aspectos que necesitan una profunda revisión y adaptación a estándares internacionales aceptados por muchos países. La evolución tecnológica y la naturaleza cambiante de las ocupaciones modernas plantean nuevos desafíos que requieren una revisión constante de la legislación, para garantizar que siga siendo efectiva y relevante.
En el presente, la Ley 19587 y su reglamentación siguen siendo una base sólida para la protección de los trabajadores en Argentina. La sociedad actual valora más que nunca la seguridad en el trabajo y el bienestar de los empleados. Son, también, los sindicatos, actores de relevancia en la exigencia del respeto del marco normativo y la implementación profunda de las medidas de seguridad laboral en su amplio espectro. Sin embargo, la adaptación de la ley a las realidades actuales es crucial. La promoción de la salud mental en el trabajo, la inclusión de la prevención de acoso laboral, la consideración de trabajadores independientes y nuevas formas de empleo son aspectos que podrían mejorar aún más la efectividad de la legislación.
Protección contra incendios
El Anexo VII del Decreto 351/79, reglamentario de la Ley 19587 de Higiene y Seguridad en el Trabajo en Argentina, publicado el 5 de mayo de 1979, amplía lo expresado en el Capítulo 18 del cuerpo de la Ley, abordando el tema de la protección contra incendios en los lugares de trabajo. Este anexo y el Capítulo 18 han demostrado virtudes significativas, así como aspectos que necesitan mejora en su implementación y adaptabilidad a los cambios actuales en la industria y la tecnología.
En particular, el Anexo VII ha sido fundamental en la promoción de la seguridad laboral al establecer medidas específicas para prevenir y combatir incendios en el entorno de trabajo. Una de sus principales virtudes es su enfoque en la planificación, reducción y prevención. El anexo establece directrices claras sobre cómo diseñar y mantener sistemas de prevención de incendios, lo que contribuye a reducir los riesgos y la probabilidad de incendios en el lugar de trabajo. Además, proporciona pautas para la capacitación de los trabajadores en el uso de equipos de lucha contra incendios, lo que es esencial para una respuesta efectiva en caso de emergencia.
Otra virtud destacable del Anexo VII es su adaptabilidad a diferentes entornos laborales. Reconoce que las necesidades de prevención de incendios varían según la industria y el tipo de trabajo, por lo que ofrece pautas que se pueden ajustar a las condiciones específicas de cada lugar. Esto demuestra su capacidad para ser aplicado en una variedad de contextos y su preocupación por abordar las necesidades individuales de cada sector. Su aceptable extensión aborda, de manera simple, técnica y objetiva, siete puntos que permiten desarrollar un contexto de seguridad contra incendios muy amplio; los puntos considerados y desarrollados son:
- Definiciones.
- Resistencia al fuego de los elementos constitutivos de los edificios.
- Medios de escape.
- Potencial extintor.
- Condiciones de situación.
- Condiciones de construcción.
- Condiciones de extinción.
Sin embargo, hay aspectos que merecen atención en la implementación del Anexo VII. A lo largo de los años, ha habido casos de falta de cumplimiento y supervisión inadecuada en relación con las medidas de prevención y protección contra incendios. Esto destaca la necesidad de una supervisión más rigurosa y la implementación constante de las directrices establecidas en el anexo.
Además, el Anexo VII fue creado en una época en la que la tecnología y los métodos de trabajo y construcción eran diferentes a los de hoy. A medida que la industria y la tecnología han evolucionado, también lo han hecho los riesgos de incendio. Por lo tanto, es crucial que el anexo se actualice y adapte para abordar las nuevas amenazas y desafíos que surgen con el avance tecnológico, incorporando los estándares internacionales que se han extendido a la mayoría de las naciones y, que aun en Argentina, siguen sin ser reconocidas y, en consecuencia, de aplicación no requerida en el marco normativo, pese a ser en muchas ocasiones, muy propicias y quizás mejores que lo que está vigente.
El Anexo VII del Decreto 351/79, reglamentario de la Ley 19587 de Higiene y Seguridad en el Trabajo en Argentina, publicado el 5 de mayo de 1979, amplía lo expresado en el Capítulo 18 del cuerpo de la Ley, abordando el tema de la protección contra incendios en los lugares de trabajo. Ambos, han demostrado virtudes significativas, así como aspectos que necesitan mejora en su implementación y adaptabilidad a los cambios actuales en la industria y la tecnología.
Otro aspecto negativo y de relevancia es, que si bien, el Capítulo 18, en su articulado, refiere a las brigadas contra incendios, el Anexo VII no realiza ninguna mención o ampliación de este concepto, dejando un significativo gris para su aplicación, donde los profesionales más coherentes y preparados se apoyan en NFPA 600, por ejemplo, mientras que otros apenas cumplimentan esta exigencia con una laxa capacitación sobre uso de extintores.
En el presente, el Anexo VII sigue siendo relevante y valioso en la protección contra incendios de los trabajadores en los espacios en que laboran. La seguridad sigue siendo una prioridad para las organizaciones y los empleados, y la prevención de incendios es una parte integral de esa seguridad. Sin embargo, para mantener su eficacia, es fundamental que el anexo se revise y actualice regularmente para abordar las nuevas tecnologías, materiales y métodos de trabajo que han surgido con el tiempo.
En suma
El Capítulo 18 de la Ley 19587 y el Anexo VII del decreto 351/79 han sido una herramienta esencial en la protección contra incendios en los lugares de trabajo en Argentina. Sus virtudes incluyen su enfoque en la prevención, la reducción y la planificación, así como su capacidad de adaptación a diferentes industrias y contextos.
Sin embargo, también enfrenta desafíos en términos de supervisión y adaptabilidad a los cambios tecnológicos y laborales. Para garantizar su eficacia continua, es crucial que estas herramientas se mantengan actualizadas y se adapten a las necesidades cambiantes de la industria, asegurando así la seguridad y el bienestar de los trabajadores en un entorno laboral en constante evolución, a la vez de que se protege el capital invertido en el desarrollo empresarial o institucional.