Ser artífices de un nuevo mundo, globalizado, innovador, pero sobre todo, próspero, pacífico y sostenible, tal como lo manifiesta la ONU; es actualmente, más probable que en cualquier otra época de la civilización. Estableciendo una responsabilidad compartida que sea concatenada con acciones integrales que ponderen el bienestar humano.
Esto deja una gama de objetivos importantes que atender, mismos que deben ser visibilizados y reconocidos por todos los sectores de la sociedad. Hablar, por ejemplo, de equidad de género, puede tener el prejuicio de ser un tema de moda que no tiene trascendencia; pero, la realidad es que resulta un tema de gran importancia, ya qué, según la ONU, la división sexual del trabajo y los estereotipos que enfrentan niñas, niños y adolescentes, les dirigen hacia cierto tipo de estudios o trabajos independientemente de sus preferencias o capacidades. Además, al asignarles más tareas domésticas y de cuidado a las niñas y mujeres adolescentes, reduce su tiempo de estudios y refuerza sus roles de género.
Cierta definición asegura que “la equidad de género implica que todas las personas tengan los mismos derechos, recursos y oportunidades independientemente de su identidad de género y sean tratadas con el mismo respeto en todos los aspectos de la vida cotidiana: trabajo, salud, educación, etcétera”.
Ahora bien, dado que la globalidad está representada por la pluralidad, la necesidad de incluir todas las voces y los esfuerzos se pone de manifiesto en las sociedades modernas; esto implica, mujeres y hombres trabajando y aportando en consonancia, reconociendo desde luego, las diferencias físicas y sociales que existen entre hombres y mujeres, tales como, el porcentaje de grasa corporal, la visión periférica, la sensibilidad al sonido, la tolerancia al dolor, las hormonas, entre otras, pero abriendo camino para que cada uno brinde su potencial.
Consiguiendo, además, la unidad que impulse el bienestar de sus comunidades.
Desde la trinchera de este sector, se brinda el espacio y se ven cada vez más las voces, los talentos, las direcciones y las aportaciones de mujeres que tienen una formación profesional en ingeniería, certificaciones que las avalan como diseñadoras de sistemas de alarma y detección o de rociadores automáticos contra incendios, o la capacidad de liderar proyectos; características que terminaran por transformar esta industria transversal, que así como la equidad de género, ha conseguido avances en las últimas décadas, pero todavía presenta retos en materia normativa y de cultura social.
Conoce y reconoce pues, las voces que en esta edición te presentamos, plurales, expertas, comprometidas con la seguridad humana, la protección contra incendio y la construcción de una cultura de prevención que busca permear en cada hombre y mujer, en cada lector y lectora, en ti.
