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Pensar Más Allá

Por: Vasily Uglov

Para proteger un centro de datos contra incendios, y mantener su negocio inalterable, no es suficiente con la inversión de un sistema moderno para la supresión de incendios o un sistema de alarma contra incendios de calidad. La tranquilidad la brindan soluciones holísticas: el sistema de alarma y detección contra incendios, el sistema de supresión de incendios, los programas de mantenimiento y capacitación del personal deben combinarse para conformar una solución efectiva que lo protegerá de incendios, falsas alarmas y diferentes escenarios de emergencia.

Ahora bien, específicamente, los incendios en centros de datos están asociados no solo con una gran cantidad de daños directos, sino también, con mayores valores de pérdida de ganancias debido al tiempo de inactividad y, lo que es más importante, con dolorosas interrupciones del bienestar de la sociedad moderna.


Un ejemplo muy claro de las complejidades que pueden derivar se presentó durante la extinción de un incendio en un gran centro de datos en Azerbaiyán, el 17 de noviembre de 2017, cuando la población de todo un país perdió el acceso a Internet durante casi 7 horas. En otro contexto, hay evidencia de fallas en el funcionamiento de los dispositivos Samsung, el 20 de abril de 2014, lo que podría estar relacionado con un incendio en un centro de datos en Gwancheon de Corea del Sur que ocurrió ese día.


Tras el incendio ocurrido el 17 de abril de 2013 en el centro de datos del condado de Macomb (Michigan, EE.UU.) el gobernador del distrito tuvo que declarar estado de emergencia, ya que, estaba comprometido el acceso a los recursos del gobierno municipal, las bases de datos de servicios públicos, incluso, las comunicaciones telefónicas en la oficina del jefe de distrito estuvieron desconectadas durante varios días. Un incendio en el centro de datos de Shaw Communications Facility en Calgary, Canadá, en 2012, cortó muchos servicios gubernamentales y provocó retrasos en cientos de operaciones planificadas en hospitales locales.

De tal manera que, para evitar problemas graves, debemos prepararnos para un incendio: diseñar, construir y operar adecuadamente los centros de datos, equipándolos con sistemas modernos. Para minimizar los riesgos, la protección contra incendios de los centros de datos debe planificarse teniendo en cuenta no solo los requisitos del código de incendios, sino también, escenarios de incendios reales.

Los profesionales de la seguridad contra incendios tienen un dicho: “cualquier incendio se puede extinguir
con una cucharada de agua, si sabe dónde, y lo más importante, cuándo verterlo”. De hecho, cualquier ignición que pueda provocar un fuego no controlado normalmente comienza con una emergencia: cortocircuito, calentamiento de un interruptor termomagnético, sobrecarga de la línea de cable, entre otros.

Y luego, una serie de situaciones surgen de manera sucesiva, la temperatura aumenta, el aislamiento se sobrecalienta, aparece humo, seguido de combustión lenta... Este proceso crece lentamente y lo que es más importante, al principio es de pequeña escala. Si no se interviene en este proceso, la combustión
lenta se convierte en llamas abiertas, el fuego crece, se propaga a través del aislamiento sobrecalentado
en las placas de los dispositivos informáticos, o en el aislamiento térmico de los conductos de aire.

Evidentemente, la forma más sencilla de hacer frente al fuego es reaccionar en los primeros minutos de su desarrollo, cuando el área del fuego, su generación de calor y su velocidad de propagación son mínimas. Teóricamente, el momento óptimo para la intervención es el período antes del inicio real de
la combustión. Si usted supiera dónde se encenderá el cable en el próximo minuto, sería fácil evitar un incendio: apague el servidor, desconecte la línea del cable, vierta la proverbial “cuchara de agua” en el lugar correcto, y el fuego no ocurriría.

¡Te tengo excelentes noticias, la tecnología moderna te permite hacer esto! El uso de sistemas de detección de incendios por aspiración permite dar una alarma, incluso antes de la aparición de humo visible, en el momento en que la descomposición térmica del aislamiento del cable emite vapores invisibles. Si el personal del centro de datos responde rápido a la señal, puede presenciar el comienzo del proceso de combustión lenta y tener tiempo para tomar las medidas necesarias para evitar el incendio.

Podría pensar que la automatización de este proceso eliminará la falta de fiabilidad del factor humano y aumentará la seguridad, pero las cosas no son tan sencillas. Cuanto más sensible es el detector de incendios, mayor puede ser la probabilidad de una falsa alarma. Las causas de la señal falsa pueden ser
el polvo, la contaminación química, los campos electromagnéticos; uno no puede eliminar por completo los riesgos de las falsas alarmas.

Si las personas reaccionan a una alarma, las falsas alarmas no son un gran problema. Descubrir rápidamente qué está sucediendo exactamente en un panel de control o en un gabinete de servidor en particular no es difícil para un empleado bien capacitado. Pero si un sistema automático de extinción de
incendios responde a una falsa alarma o a un incendio, la situación se vuelve más complicada.

Tradicionalmente, los centros de datos están protegidos por sistemas de extinción de incendios por gas. Esos gases modernos son agentes extintores efectivos que son seguros para los equipos delicados de los centros de datos.


Pero los sistemas gaseosos de supresión de incendios son costosos y, lo que es más importante, el costo del gas en sí mismo es una gran parte del costo total. Al recibir una señal de incendio, el sistema gaseoso no se descarga inmediatamente, sino que proporciona un retraso para permitir la evacuación del personal, y solo entonces llena el recinto con gas. Esto significa que, en caso de alarma de incendio, el personal del centro de datos abandona en primer lugar las instalaciones protegidas, y se asegura de que las puertas estén bien cerradas después de la evacuación (para que el gas no se escape del área protegida) y luego llama al cuerpo de Bomberos. Luego, los bomberos ingresan a la sala “en llamas” con un aparato de respiración para averiguar qué está sucediendo realmente en ella.

Por lo tanto, en caso de alarma de incendio, el propietario de la instalación debe, en primer lugar, pagar miles de dólares para recargar el sistema, ya que el gas liberado no se puede recoger de nuevo en cilindros; y solo después de la descarga, finalmente se puede comenzar a descubrir si se trata de una falsa alarma o de un incendio real. Además, parece que si los sensores sensibles nos informan de un incendio, tenemos unos minutos preciosos para llegar al sitio de la alarma, averiguar qué está pasando y evitar problemas, pero el personal debe ser evacuado urgentemente de las salas protegidas.

SISTEMAS EFICIENTES

Hagamos el ejercicio, entonces, de abrir el panorama e identificar que otras soluciones son posibles; los sistemas de extinción de incendios con agua nebulizada a alta presión utilizan agua limpia. La forma más eficiente de usar agua para combatir el fuego en ocupaciones de centros de datos es rociarla en forma de agua nebulizada a alta velocidad, los cuales, penetran las llamas, las saturan con vapor, enfrían la zona de combustión, limpian el humo y protegen el equipo de calor. Una fina neblina de agua, suspendida en el aire, absorbe la radiación térmica evitando que el fuego se propague. El daño a los equipos por la exposición al agua es mínimo, las finas gotas de agua que se depositan en las superficies se acumulan lentamente. También, el agua limpia es segura para las personas; eso significa que la descarga del sistema de agua nebulizada no requiere la evacuación del personal.


Pero, ¿qué pasa con las falsas alarmas?, rociar agua, aunque sea en forma de niebla fina, sobre los servidores en funcionamiento, cuando no existe un incendio, no parece una solución segura. Es por ello que, las válvulas de sección de pre-acción se han desarrollado y se han utilizado con éxito en sistemas de agua nebulizada durante mucho tiempo. En este caso, la red de tuberías del sistema se divide en una parte llena de agua, desde la unidad de bomba hasta las válvulas de sección, y una parte de tubería
seca, desde la válvula de sección hasta los rociadores ubicados en la sala protegida. Los rociadores son boquillas normalmente cerradas, equipadas con un bulbo sensible al calor que estalla cuando se alcanza cierta temperatura. La parte de tubería seca en modo de espera está llena de aire a presión, las boquillas cerradas por los bulbos no permiten que caiga la presión del aire y la válvula de sección cerrada retiene
el agua, evitando que ingrese a la sección de tubería seca.

En caso de alarma de incendio, la válvula de sección abre el suministro de agua a la tubería, pero el agua no se rocía a través de los rociadores si sus bulbos sensibles al calor no han estallado; solo cuando la temperatura aumenta, los rociadores se activan y comienzan a sofocar el fuego.

Esta tecnología previene las falsas alarmas porque el sistema se descarga solo en la situación y en la ubicación en la que el fuego realmente comienza a crecer. En caso de que el trabajador de mantenimiento rompa accidentalmente el bulbo del rociador, la presión de aire en la tubería cae y el sistema indica “fallo” inmediatamente, pero no se rociará agua porque no hay señal de los sensores de alarma contra incendios.
Pero, surge entonces un dilema, recordemos que la forma más efectiva de hacerlo es combatir el fuego en el mismo momento en que comienza, cuando el daño del mismo todavía es cero. ¿Podemos esperar a que el bulbo del rociador se caliente para iniciar la extinción?

Aquí, la seguridad del agua para las personas pasa a primer plano. Los sistemas de agua nebulizada no requieren evacuación antes de la descarga, lo que permite a los empleados realizar el ciclo completo de acciones cuando reciben la señal “¡Fuego!”: pueden llegar al lugar, inspeccionar el equipo y analizar la situación, desconectar las líneas de cable, cambiar a un equipo de respaldo, para intervenir en el momento adecuado y con precisión quirúrgica, evitando que la ignición se convierta en un incendio.

Si las acciones del personal no tienen éxito, la combustión se saldrá de control y comenzará a extenderse; en esta misma etapa, los rociadores, al sentir el calor, comenzarán a rociar agua nebulizada. Por lo tanto, el sistema de supresión de incendios con agua nebulizada actúa como la “última línea de defensa”, bloqueando el desarrollo de un incendio cuando las personas no pueden abordarlo de manera rápida, y manteniendo la situación bajo control hasta que los bomberos lleguen al lugar. El enfriamiento efectivo del volumen protegido y el depurado de humos, sellos distintivos del agua nebulizada, no solo protegen los equipos y estructuras del centro de datos, sino que también brindan condiciones seguras para la evacuación del personal (que en esta etapa ya debería estar iniciada).


También se debe tener en cuenta que el sistema de agua nebulizada, a diferencia del sistema de extinción de incendios por gas, no requiere altos niveles de integridad del recinto. Ya sea que la puerta de la sala se cierre después de la evacuación o permanezca abierta de par en par, el agua rociada finalmente funcionará con la misma eficiencia.

Por lo tanto, es posible desarrollar una solución que combinará de manera óptima los sistemas de detección y extinción automática de incendios con procedimientos de seguridad, que permitan al personal capacitado actuar con eficacia, minimizando posibles daños tanto en caso de un incendio real, como en el caso de falsas alarmas.

“La forma más eficiente de usar agua para combatir el fuego en ocupaciones de centros de datos es rociarla en forma de agua nebulizada a alta velocidad, los cuales, penetran las llamas, las saturan con vapor, enfrían la zona de combustión, limpian el humo y protegen el equipo de calor.” 

La combinación de personal debidamente capacitado, alarma contra incendios por aspiración de alta sensibilidad y sistemas confiables de supresión de incendios por nebulización de agua, minimiza el riesgo de daños en una variedad de escenarios de emergencia. Esto no significa que dicha solución siempre será óptima. Para el ingeniero de seguridad contra incendios es importante tener una amplia gama de herramientas y combinarlas, mientras se analiza cómo se desarrollan los incendios en la vida real. Esa es una esencia del control de riesgos.

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